Con nuestros hermanos y hermanas aprendemos a relacionarnos con personas de la misma edad o de edad parecida desde pequeños. En esta relación surgen sentimientos de cariño, pero también de rivalidad; y es que no sólo se comparten alimentos y objetos, sino también el cariño de la familia. Sin darse cuenta cada uno trata de competir para ganar mayores privilegios. Cuando alguien los consigue surgen en los demás celos y envidia por no recibir lo que el otro tiene.
viernes, 21 de noviembre de 2008
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